Independientemente de sus ingresos, siempre debe destinar una parte de estos para ahorrar; lo importante es separar la misma proporción para convertirlo en un hábito quincenal o mensual. Lo ideal es apartar primero el dinero que se va a ahorrar y aplicar lo que queda para pagar los compromisos financieros y gastos adquiridos, de esta manera siempre logrará ahorrar.
En algunos casos las empresas promueven el ahorro por medio de fondos de empleados o asociaciones que descuentan previamente cierto monto y lo guardan bajo políticas estrictas de retiro o con destinación específica. Esta puede ser una buena estrategia en aquellas situaciones que no existe auto-disciplina para ahorrar.
En cualquiera de los dos casos, con disciplina o amparado por algún ahorro obligatorio, se debe propender siempre a destinar por lo menos un 10% del ingreso para el ahorro. Ahora bien, si hay un motivo específico por el cual va a ahorrar y éste incluye una fecha futura exacta para alcanzarlo, como es el caso de unas vacaciones, es recomendable determinar el valor de lo que va adquirir, dividirlo en el número de meses que faltan y así sabrá cuanto debe separar cada mes. Lo importante es definir un objetivo y actuar consecuentemente para alcanzarlo.
Por pequeño que sea el ahorro, el simple hecho de empezar a constituirlo, genera un hábito que va a permitir lograr sus metas y satisfacer sus deseos.